InicioSaludLa crisis de la COVID-19 y la adicción al juego: “El confinamiento provoca emociones negativas”
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La crisis de la COVID-19 y la adicción al juego: “El confinamiento provoca emociones negativas”

El pasado mes de noviembre, la Asociación de Futbolistas Españoles y el Hospital Universitari de Bellvitge (HUB) sellaron un acuerdo de colaboración merced al cual impulsarán y desarrollarán estrategias conjuntas de prevención de las conductas problemáticas de juego en apuestas deportivas, diseñando e implementando al mismo tiempo estudios de investigación relacionados con las apuestas deportivas (presenciales y online).

En estos tiempos de confinamiento, las personas afectadas por este tipo de patologías, personas adictas al juego, deben ser vigiladas especialmente para evitar recaídas. La doctora Susana Jiménez (responsable de juego patológico del Hospital Universitario de Bellvitge) hace un análisis de esta situación excepcional que vivimos en relación a esas personas, planteando una serie de pautas fundamentales de seguimiento con el objetivo de evitar que este problema se acentúe en estos pacientes durante la pandemia y el correspondiente confinamiento.

La publicidad
En primer lugar, analiza el peligro supone el confinamiento para las personas adictas al juego on-line. Considera que “esta situación que vivimos puede provocar emociones negativas, como ansiedad, preocupación, aburrimiento, frustración, irritabilidad… Todas estas emociones negativas suponen un peligro para esta actividad del juego”. “Las motivaciones que tienen los jugadores problemáticos y patológicos son justamente estas, utilizar el juego como una forma de huida de las mismas, por lo que tenemos que estar muy atentos a esta actividad”, añade.

¿Hay más publicidad ahora con el confinamiento por parte de las casas de apuestas? Sobre este particular, Susana Jiménez señala que “se ha notado, también a nivel internacional, un aumento en la publicidad, las promociones y el marketing de juego para compensar las pérdidas”. Cree, que “puede ser una estrategia del sector por esta circunstancia. Por eso debemos estar atentos a esta publicidad por muy atractivas que sean las promociones. Mantener una conducta de juego regular significa perder”. “Por ejemplo, podemos desactivar de nuestros dispositivos la entrada de estas cookies”, remata como método de prevención.

¿Qué puede pasar si se abusa de estas alternativas de ocio como son los juegos on-line? Tiene claro que “abusar de estas alternativas comporta una serie de problemas y por ello debemos estar atentos, sobre todo ante la preocupación, la incertidumbre y también a nivel económico; no hay que olvidar que muchas familias están preocupadas por sus trabajos y sus ingresos”.

Apoyo familiar
Subraya que “pueden aparecer pensamientos tales como que el juego es una solución, un escape, que con un premio se puede solventar esta situación de incertidumbre. Es algo a tener muy presente. Para las personas que no jugaban antes del confinamiento, el mensaje es que no lo hagan, no es el mejor momento. Y si se hace, hacerlo de una manera social, como entretenimiento; en este caso, hay que establecer un límite de tiempo, de dinero y de pérdidas que podamos asumir, que en ningún caso debe tener un impacto en la economía. En una palabra, no deben generar preocupación”.

Algo que considera muy importante es “involucrar a la familia en esto para protegernos, informarla que estamos haciendo esta actividad y no jugar bajo los efectos de las drogas y del alcohol. Y, sobre todo, ni para buscar una salida a nuestra situación económica ni como una forma de escapar del aburrimiento y de otras emociones negativas”. “Si, además, pensamos que es mejor no informar a la familia, esto nos puede llevar a pensar si es ciertamente una actividad de entretenimiento o no para nosotros o si ya tenemos un problema de juego o adicción al juego”.

Los límites
Llegado a este último punto, Susana Jiménez recalca que “es el momento de prohibirse a uno mismo realizar esta actividad a través de la Dirección General de Ordenación al Juego; a través de su web podemos hacerlo al tener acceso a todos los operadores online legales en España”. Insiste en que “podemos buscar soporte en la familia, que es sensible a este tema. Una persona que estaba jugando antes del confinamiento y que ahora no lo hace, puede sufrir abstinencia, irritabilidad, nerviosismo… La familia debe ser especialmente sensible, empática y comprensiva, y cuando pase esta situación ponerse en marcha para que esa persona reciba tratamiento o incluso antes”.

¿Cuál es el tiempo máximo aconsejable? En cuanto a recomendaciones, dice que “es importante establecer límites en cuanto a tiempo, dinero y pérdidas en el caso de apuestas online. También buscar mecanismos de protección en relación a la familia. En el caso de los videojuegos, se recomienda que sea una actividad de no más de dos horas y no tenga un patrón diario. Es fundamental tener una rutina, hábitos saludables en cuanto a alimentación y realizar ejercicio físico. También buscar actividades durante el día, no sólo el teletrabajo, también de ocio, desconexión y hasta de relajación. Se trata de buscar nuestro momento para desconectar de todo, incluso realizando ejercicios de respiración”.

Los más jóvenes
Susana Jiménez recuerda el último estudio epidemiológico realizado en todo el país, que data de 2015 y es el más reciente. En el mismo “se observó que un 0,9% de la población tenía problemas de adicción al juego, pero hasta un 4,4% presentaba alguna conducta de riesgo. Se han observado cambios de perfiles, pacientes más jóvenes afectadas por este trastorno, también otros tipos de juegos problemáticos, desde las máquinas, que era el juego tradicional, al juego online de apuesta deportiva”.

Y para terminar, destaca que “en nuestra unidad atendemos a unos 350 nuevos casos al año y si nos fijamos en los más jóvenes, de entre 16 y 21 años, vemos que mayoritariamente son chicos, el 98,2%, con problemas de juego online y apuestas deportivas que juegan un promedio de 60 euros. Pero llegan a invertir 800 y acumulan deudas de unos 2000 de media. Vemos que el periodo de evolución es muy corto desde que empiezan a jugar hasta que llegan a la consulta con problemas muy graves de juego, pasa habitualmente un año y medio”.

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