Jorge Espeleta, del césped a triunfar como asesor financiero
Con una larga trayectoria en el fútbol español, nunca tuvo dudas de que cuando el balón dejara de rodar ante sus ojos, tocaría emprender un nuevo rumbo para ganarse la vida. Nunca pisó la universidad, pero su formación fue perfecta a la vista de su actual posición. Se hizo a sí mismo con esfuerzo y dedicación, siempre atento a cualquier detalle… Jorge Espeleta Blasco (Torrent, Valencia, 14 de enero de 1975) cambió el fútbol por las finanzas y su trayectoria con corbata y traje es impecable.
Badajoz, Xerez, Aurrerá, Mataró, Mérida, Castellón, Burgos, Extremadura, Águilas… Nunca alcanzó la Primera División, pero este lateral derecho pudo completar una notable carrera deportiva en Segunda y Segunda B. Afincado en Torrent, es gestor en Nationale-Nederlanden, una de las mayores compañías de seguros y gestión de activos con sede en los Países Bajos.
“He pasado de vivir en pantalón corto a hacerlo con traje y corbata, pero me gusta lo que hago”, comenta Jorge Espeleta. Estudió hasta COU y llegó a hacer “las pruebas de acceso para estudiar INEF, pero surgió la oferta del Badajoz”, no se matriculó y el balón pasó a dominar por completo su vida. “Era complicado estudiar a distancia en aquella época, a principios de los años noventa, así que al final se impuso la faceta deportiva”, cuenta.
Cuando llegó a los 27/28 años empezó a preocuparse por el día después. Volvió a coger los libros, hizo algún grado y otros estudios que le permitieron adquirir la formación adecuada para estar perfectamente preparado para la actividad que hoy desarrolla con éxito. No solo capta clientes, fundamentalmente forma a otras personas para que sigan su camino. Lleva cinco años como gestor y dirigiendo un equipo de trabajo, y reconoce que futbolistas de Primera a Segunda B forman parte de su cartera de clientes: “Busco soluciones para ellos con el fin de que no se queden sin nada si surge cualquier contratiempo”.
Asesora a futbolistas, pero echa la vista atrás y reconoce que fue complicado convencer a sus compañeros para que tuvieran interés por este nuevo mundo laboral relacionado con los números: “Costó que la gente entendiera mi trabajo, chocaba bastante. De hablar de asuntos cotidianos, pasé a hablar de asuntos financieros a mis colegas, algo que entonces no era habitual. Les parecía sorprendente, pero con el tiempo la gente te empieza a llamar para interesarse por estas cuestiones”.
El exfutbolista se dedica fundamentalmente a “hacer análisis de las necesidades que tienen los clientes, qué parcelas económicas se pueden mejorar, cómo se puede ahorrar, cuestiones como los planes de jubilación… En fin, hablamos de necesidades financieras de los clientes, ver dónde podemos ayudarles. Se trata de un coaching financiero para mejorar su situación económica”.
Recuerda que “empecé en este ámbito porque hice un plan de ahorro que me recomendó un compañero y pasado el tiempo había un capital interesante. Cuando generamos, gastamos más de lo que tenemos, así que pensé que sería bueno hacerle ver a la gente joven que en vez de comprarse un cochazo, es mejor invertir el dinero en algún producto interesante con vistas al futuro”.
Jorge considera que “ahora el futbolista está más interesado y preocupado en el día después, en tener sus ahorros cuando se acabe la carrera deportiva. Incluso, hay compañeros como el ejemplo de Piqué, que se preocupan por otras cuestiones alejadas del fútbol pensando en el día de mañana”. Por todo ello, insiste en que “la formación es básica. Es un error no prepararse con vistas al futuro. Cualquier estudio es importante e invito a los más jóvenes a involucrarse en esta faceta”.
Un sueño sin cumplir
“Solo me quedó por conocer Galicia, pero es que llueve mucho”, dice Jorge entre risas. Un auténtico trotamundos que dejó su huella de buen trabajador del fútbol, pero a quien le quedó un sueño por cumplir. Muchos años en Segunda y Segunda B, pero nunca pudo dar la última zancada y jugar en la máxima categoría. Una espina clavada, como él mismo reconoce.
“El sueño que no pude cumplir como futbolista fue debutar en Primera División, me daba igual dónde fuera”, explica Jorge. Reconoce que “soy más afín al Real Madrid, un equipo que siempre me tiró mucho, pero sin olvidar al Valencia, que es el club grande de mi tierra. Pero la verdad es que me hubiera dado igual dónde, habría sido feliz debutando en la máxima categoría con la camiseta que fuera. Reconozco que me ha quedado esa espina clavada”.
“Con el paso del tiempo ves que es complicado llegar a la élite por diferentes causas; porque no hay nadie que apueste por ti u otras circunstancias. Cuando tienes 24 o 25 años, estás en Segunda B y no das el salto, ves venir que no vas a llegar a Primera”, comenta, al tiempo que recuerda que los clubes no invierten mucho dinero en laterales “a no ser que seas tan bueno como Marcelo, Jordi Alba o Carvajal, por poner unos ejemplos”.
“Me hubiera gustado demostrar si estaba capacitado o no para estar con los mejores. Cualquier futbolista sueña con ese momento, pero en mi caso me tuve que quedar con las ganas”, añade el valenciano.
Después de varios años desvinculado del mundo del fútbol, ahora lleva un tiempo más involucrado en el que fue su hábitat. Nunca quiso ser entrenador, pero desde que su hijo está en la escuela de Torrent admite, para acabar, que “me ha despertado el gusanillo por el fútbol. Me he sacado el nivel 1 de entrenador, ahora voy a por el nivel 2 y ya entreno a un equipo alevín”. El tiempo dirá si recupera el chándal para trabajar a pie de campo y guarda los trajes que hoy son su indumentaria habitual.
Artículo publicado en nuestra revista ‘011CE Metros‘.