Formar personas por encima de todo: así trabajan las Escuelas AFE
El empeño de Juan Gómez Juanito de poner en marcha un proyecto de aprendizaje para los niños se hizo realidad en 1986. El delantero fundó la primera Escuela de Fútbol AFE en Madrid, pero la diferenció del resto de canteras. Formación como personas por delante de la competición y el fútbol; respeto por encima de todo; compañerismo ante todo.
Y la filosofía de Juanito se mantiene intacta a día de hoy. “Todo lo que quiso inculcar y que quiso iniciar fue a raíz del pisotón a Lothar Matthäus que le costó cinco años de sanción en Europa. Él quiso trasladar el respeto a la escuela”, explica Miguel Hernández, exfutbolista, medalla de oro olímpica en Barcelona 92, y hoy coordinador de las Escuelas AFE.
Y es que pocos días después de su antideportiva acción, Juanito se personó en la escuela y reunió a todos los niños. Los sentó delante del centro del campo y, llorando delante de ellos, les pidió que nunca cometieran esa acción dentro de un campo de fútbol, les pidió perdón y les dijo que en esa escuela “no se permitiría jamás ninguna conducta de este tipo”, evoca Miguel Hernández.
Bajo la premisa de la educación, los valores del deporte y el respeto, más de 200 niños y niñas participan y se forman en las Escuelas AFE, repartidas entre Madrid (12 equipos, tres de ellos femeninos –el infantil compite contra chicos porque no hay liga femenina–) y Córdoba (4 equipos).
Son muchas las diferencias entre la cantera de AFE y la mayoría de los equipos con los que juegan en las respectivas competiciones. “El trabajo que hacemos es formativo. Somos profesores, no entrenadores”, cuenta con orgullo Miguel Hernández. “Hay clases, exámenes y los chicos tienen que aprobar los nuestros y los académicos del colegio. Sancionamos con partidos sin jugar a los que suspenden y hemos establecido una relación con los tutores de los colegios”.
En los equipos de AFE no hay lugar para las discriminaciones por el nivel futbolístico. Todos juegan, todos son protagonistas. “En nuestros equipos juegan todos. En la media parte se cambia todo el equipo, así que el que menos juega lo hace 30 minutos. A veces nos pone en desventaja con los rivales, pero así es nuestra filosofía”, subraya nuestro técnico.
El exjugador del Rayo incide en el mensaje de la formación: “No queremos saber nada de competir, no competimos. Nuestro objetivo es que aprendan”. Escuela de padres, clases, exámenes y un carnet con puntos para los jugadores son algunas de las señas de identidad de las Escuelas AFE.
Las Escuelas AFE implican a todos los actores: padres, educadores y técnicos. Por ello, se ha puesto en marcha una “escuela de padres”, dirigida por la psicóloga integrante del staff profesional de AFE Laura Cano. Y entre todos se tratan temas como la intolerancia a la frustración, hábitos saludables de alimentación, higiene y descanso, así como la prevención en el consumo de alcohol o el uso adecuado de las redes sociales.
La educación y el buen comportamiento son pilares fundamentales. Todos los niños tienen un carnet por puntos que deben mantener. El régimen disciplinario es claro. Las faltas de respeto a los profesores, las agresiones e insultos a compañeros, contrarios o árbitros, o colgar imágenes de vestuarios en las redes sociales son acciones calificadas como graves. En las sanciones también se incluye un problema demasiado extendido en los campos de fútbol base: los padres. La intromisión de familiares también se penaliza.
Otro de los hábitos instaurados en las Escuelas AFE es el “tercer tiempo”. “Tras los partidos de casa se reúnen los dos equipos, los árbitros, los entrenadores y los padres para hablar y tomar un tentempié. Es una idea que fomenta el compañerismo, el respeto y la relación entre todos”, apunta Miguel Hernández.
La salud es prioritaria para AFE y todos los niños de las Escuelas AFE se han sometido a pruebas cardiológicas para prevenir la muerte súbita.
Artículo publicado en la revista ‘O11CE Metros’.