Fede Olivera, potencia y visión de juego en la banda derecha
“Me considero potente, fuerte y con buena visión de juego”. Así se define Federico Olivera Núñez (Maldonado, Uruguay, 18 de enero de 1995), un lateral derecho que comenzó jugando de defensa central. Fue Leandro Cabrera, un técnico del Tenerife, el que le cambió de demarcación, “donde mejor he rendido a lo largo de mi carrera”, reconoce el futbolista.
Sus primeros pasos futbolísticos los da en el Defensor Sporting Club de Uruguay, pero a los 7 años su familia se traslada a España, en concreto a las Islas Canarias. Federico ingresa en el Club Deportivo Sobradillo de Tenerife, “donde ya empiezo a competir y a destacar”.
Puente aéreo
Tanto brilla que a los 14 años recibe la llamada del Barcelona para realizar una prueba. En ese momento no se toma una decisión y aparece el Real Madrid, que le garantiza una plaza en su cantera sin que sea necesario superar prueba alguna. “No me pensé la opción de salir de casa, lo tuve clarísimo en todo momento”, reconoce.
Ya con 15 años cumplidos, se viste de blanco. “Era muy joven y el impacto es muy importante porque pasas a un mundo muy profesional, estaba como en una nube, estaba viviendo lo mejor de lo mejor…”, rememora.
Pasa dos años en Valdebebas coincidiendo con jugadores como Marcos Llorente y Mario Hermoso, hoy a las órdenes de Simeone en el Atlético, José León (jugador del Tenerife) o Álvaro Jiménez (jugador de Las Palmas).
Deja el Real Madrid y regresa a las Islas Canarias para fichar por la U.D. Las Palmas, “donde permanezco dos temporadas y debutó con el equipo filial en Segunda División B”.
Cambia de isla y ficha por el Tenerife, donde firma una sólida trayectoria de siete de temporadas, las dos últimas integrado en el primer equipo.
Alto nivel
Pero en el momento clave, cuando está listo para dar un decisivo impulso a su carrera, una inoportuna lesión lo impide, no logrando debutar con el primer equipo. Llega la pandemia y es cedido al Barakaldo.
Regresa para hacer la pretemporada con el Tenerife, concretándose una cesión al Marino en Segunda B. De vuelta a la península, sus últimas aventuras las ha vivido en el Linares, un club importante de Primera RFEF, y el Calvo Sotelo Puertollano, su último equipo, “donde he jugado muchos partidos y donde he recuperado un buen nivel de juego”.
“Ahora confío en encontrar muy pronto un equipo en el que comenzar una nueva etapa”, dice Fede Olivera, que pone en valor unas Sesiones AFE que “son una maravilla, no hay clubes en Primera RFEF que tengan estos medios. Somos unos privilegiados porque te das a conocer durante dos semanas cuando estás en una situación complicada, perfectamente preparados para lo que pueda surgir”.