InicioDeportivoEl gol de la cabeza: la influencia de la mente en el rendimiento deportivo

El gol de la cabeza: la influencia de la mente en el rendimiento deportivo

La mente influye en el rendimiento deportivo y en el éxito o fracaso de un jugador. Al igual que la técnica o la táctica, debe entrenarse para aumentar la concentración, ser más competitivo, gestionar la presión o superar una mala racha.

Si le preguntas a un deportista de alto rendimiento en qué porcentaje su cabeza interviene en su éxito, te dirá que en un 60, 70 u 80 %. Pero luego, cuando le pides cuánto tiempo dedica al día a entrenar su mente, es muy probable que su respuesta sea cero minutos”, apunta Patricia Ramírez, psicóloga que ha formado parte del cuerpo técnico del Betis con Pepe Mel y del RCD Mallorca con Gregorio Manzano.

Está demostrado que los pensamientos y las emociones intervienen en cualquier actividad del ser humano. En un partido de fútbol también, y es en el campo donde el jugador debe demostrar que sabe gestionar la presión, estar concentrado, sobreponerse a la adversidad, manejar la buena y la mala racha, ser competitivo, positivo, resolver conflictos, cooperar, comunicarse… Valores o recursos psicológicos que aumentan su capacidad para rendir mejor y llevar a su equipo a la victoria. “Si la mente falla, bajará el rendimiento”, subraya Oliver Martínez, psicólogo del deporte y presidente de la Sección de Psicología del Deporte del Colegio Oficial de Psicología de Catalunya, además de psicólogo deportivo de Stellar Group y expsicólogo del Real Zaragoza (2017-2018). Por este motivo, además de trabajar la parte táctica, la técnica y la física, cuidar la alimentación y el descanso, los futbolistas también deben entrenar su mente, “que es algo entrenable, moldeable, e interviene en el éxito o fracaso deportivo. Si no cuidamos la mente, es posible que se vayan al traste muchas horas del trabajo que se hace por otro lado”, añade Ramírez.

Habilidades psicológicas

Los psicólogos deportivos entrenan ciertas habilidades o comportamientos como la concentración, la atención, el control emocional, la motivación, la activación, la cohesión del grupo… “Todo ello se trabaja entrenando”, subraya Eugenio Pérez Córdoba, psicólogo deportivo y miembro de la Junta Directiva de la División de Psicología de la Actividad Física y el Deporte (PACFD) del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos, que explica cómo entrenó a un jugador de fútbol que se ponía muy nervioso y agresivo cuando el árbitro le pitaba en contra. “El jugador tenía automatizado un estímulo y una respuesta: cuando le pitaban en contra empezaba a gritar y a echarle cuentas al árbitro”, explica. Durante dos semanas se le entrenó para que asociara el silbido del árbitro con otro tipo de respuesta. “En concreto, le indicamos que cuando el árbitro le pitara una acción en contra lo primero que tenía que hacer era subirse las medias y realizar cuatro o cinco respiraciones profundas, que ayudan a tranquilizar al jugador y a que su respuesta emocional no salga de forma automática”. Una vez entrenado, el futbolista automatizó este nuevo comportamiento, lo que benefició su rendimiento y el del equipo. Otros recursos psicológicos encaminados a enseñar a manejar las emociones y lograr una correcta ejecución deportiva son las técnicas de visualización, la meditación, aprender a pensar de forma diferente, y entrenar la atención y la concentración para saber gestionar las emociones.

Fortaleza mental

Aunque a menudo los mejores jugadores son aquellos que psicológicamente son más fuertes, también es cierto que hay deportistas muy brillantes que no tienen tanta fortaleza mental, y otros menos brillantes que gracias a su capacidad de concentración y a una cabeza bien amueblada han llegado mucho más lejos de lo que realmente se hubiese esperado de ellos. “Normalmente los mejores futbolistas son los que son más fuertes mentalmente, ya que en los equipos de élite hay mucha igualdad y el aspecto mental es el factor desequilibrante”, considera Oliver Martínez.

Para recuperar a un jugador que no tiene la cabeza centrada, Patricia Ramírez, autora del libro Estrena optimismo (Grijalbo), opina que lo primero que hay que hacer es averiguar qué le sucede. “Saber si la persona no está gestionando bien un fracaso, si ha perdido la confianza, la seguridad…”. Una vez detectado el problema, la experta aconseja mirar atrás y ver cómo se consiguieron otros éxitos deportivos, “porque cuando uno tiene falta de confianza suele estar muy centrado en su error, en lo que está haciendo mal, con lo que su cerebro tiene un montón de información sobre el fracaso, pero muy poca sobre el éxito”. Es importante hacer que el jugador recuerde sus éxitos. “También me gusta preguntarles –añade la psicóloga– dónde está su talento, cómo han llegado a ser futbolistas de Primera División. Porque el talento es innato, y eso no se pierde aunque tengas una mala racha”.

Para Martínez, es importante que cada jugador analice los errores que ha cometido en un partido, independientemente del resultado, y visualice cómo tenía que haber resuelto esa situación de manera efectiva. “Es positivo por dos motivos: el primero, para que no se vuelva a repetir ese error, y el segundo, para limpiar la mente de errores y empezar a entrenar el próximo día con el coco limpio”. Pérez Córdoba es de la opinión que “lo pasado, pasado está, y agua pasada no mueve molinos. Si nos centramos en el pasado, que sea únicamente para analizar cómo podemos mejorar. Por ejemplo, si voy a tirar un penalti, no debo pensar en el penalti que fallé la semana pasada, sino cómo debo hacerlo ahora y aquí para marcar el gol. A lo sumo acordarme del penalti que marqué, para repetir la acción”.

Aceptar las críticas

Patricia Ramírez también considera importante enseñar a los jugadores a aceptar las críticas del público, de la afición, aunque no siempre tenga razón. “El jugador debe entender que los comentarios críticos no son algo personal contra uno y debe aprender a tomar distancia. Una forma de hacerlo es con el mindfulness, que es la capacidad de estar atento al presente y tomar distancia con todo lo que pueda ser hiriente. Es un proceso de aceptación en el que el jugador deja de luchar contra todo aquello que no es controlable”, remarca la psicóloga deportiva. En definitiva, de lo que se trata es de jugar con la cabeza y los pies.

La motivación óptima pre-‘match’

  • Cómo subir el nivel de activación: con ejercicios como flexiones, empujándose entre los propios jugadores, visionando vídeos activacionales y con frases, músicas y canciones motivadoras. Por ejemplo, deportistas y aficionados al fútbol se emocionan y motivan con el himno de la Champions League, aunque la canción motivacional por excelencia es Eye of the Tiger, que se escribió específicamente para la película Rocky III. Pep Guardiola utilizó Viva la vida de Coldplay para llevar a sus pupilos a lo más alto, mientras que en 2013 los futbolistas del Real Madrid pidieron que sonara Thunderstruck de AC/DC durante el calentamiento previo al partido contra el Borussia, en el que se jugaban el pase a la final de la Champions. Ganaron el partido por 2-0, pero no fue suficiente para remontar el 4-1 de la ida.
  • Cómo bajar el nivel de activación: hay partidos en los que es necesario serenar los ánimos de algunos jugadores y ayudarles a relajarse y concentrarse. Los expertos recomiendan para estas situaciones realizar respiraciones profundas, utilizar músicas tranquilas e imaginarse en lugares relajantes como la playa, por ejemplo.

Artículo publicado en el tercer número de nuestra revista O11CE METROS.

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