Antonio Asencio ‘Ñoño’, garantía de goles desde la banda izquierda
Antonio Manuel Asencio Rodríguez (Cádiz, 10 de junio de 1987), conocido deportivamente como ‘Ñoño’, dio sus primeras patadas a un balón en su tierra natal “jugando al fútbol sala. Allí, en Cádiz, se juega mucho a este deporte”, explica. “A medida que me fui haciendo mayor me decanté por el fútbol. Estuve en el juvenil del San Fernando y, al año siguiente, firmé con el Ibiza para jugar en División de Honor y de ahí pasé a jugar, en Tercera, con el Chiclana”.
Repasando su trayectoria deportiva, Ñoño recuerda su paso “por el Sevilla, donde estuve dos años. Luego volví a mi pueblo, a San Fernando, donde jugué cinco años. Me fui al Rayo Majadahonda y después estuve tres temporadas en el Logroñés”. El equipo de su pueblo es en el que ha estado más tiempo y en el San Fernando él se ha sentido “contento y feliz. Soy de allí y es donde me he hecho como futbolista”.
Con Luis Fabiano y Kanouté
La buena temporada que hizo en el Chiclana propició que le fichara el Sevilla, club en el que jugó con el equipo filial en Segunda División B. “He tenido la suerte de jugar en una cantera como la del Sevilla”, apunta Ñoño. “Entrené dos o tres veces con el primer equipo y, además, fue en una época muy buena, en la que estaban jugadores como Luis Fabiano o Kanouté. Los veía y pensaba que para mí era un premio estar con ellos”, recuerda.
De su participación con el San Fernando, comenta que “en la primera temporada bajamos de Segunda B a Tercera, pero luego volvimos a subir de categoría. Después, nos clasificamos para jugar el ‘play-off’ de ascenso a Segunda, pero sufrí una desafortunada lesión de rótula y tendón rotuliano. Ahí se paró un poquito el fútbol para mí; me llevó un tiempo recuperarme. El San Fernando bajó a Tercera y estuve dos años más, el segundo ascendimos, y de ahí me fui al Rayo Majadahonda”.
Al llegar a la Comunidad de Madrid, se encontró con “un grupo muy difícil, en el que estaban también los equipos vascos, pero poquito a poco fuimos mejorando los resultados y el Rayo Majadahonda, que era un equipo que siempre había estado en Tercera o Segunda B, se metió para disputar los ‘play-offs’ de ascenso a Segunda. Nos enfrentamos al Racing que, con el presupuesto y los jugadores que tenía, nos pasó por encima”.
Ascenso a Segunda
En todas esas temporadas, Ñoño siempre firmó buenas cifras goleadoras. Su siguiente destino fue el Logroñés y en su primer año hizo “doce goles en Segunda B. Me renovaron dos años y mi segunda temporada allí fue cuando jugamos ‘play-off’ contra el Hércules, que nos eliminó en segunda ronda. A la siguiente fue cuando ascendimos y, aunque no se desarrolló la competición con normalidad por la pandemia y nuestra gente no pudo ir al campo, para mí ascender a Segunda ha sido mi mayor logro”.
Su último club, en Primera RFEF, ha sido el Talavera. Ñoño se sincera y dice que “empecé un poco dubitativo por culpa de las lesiones. Me operé del menisco, dejé mi ficha libre para que viniera un compañero y este año, por circunstancias de la vida, no he jugado. Yo estaba bien, pero el entrenador preferió que jugaran otros compañeros. No he dejado de trabajar en todo este tiempo, aunque al final no he podido continuar en el equipo”.
Ñoño destaca por su faceta goleadora y él se define como “un extremo izquierdo, y aunque empecé como extremo derecho, mi mejor perfil es en la banda izquierda. Tengo salida para ambos lados y sí que es verdad que, por suerte, tengo gol. Creo que soy un jugador rápido, hábil y con buen regate”.
Buen escaparate
Ahora se encuentra en la situación de no tener equipo y no conocía las Sesiones AFE, “pero tengo un amigo que me dijo que podía ayudarme y me comentó que existía esta posibilidad de apuntarme, de que me vieran. Estar sin jugar en ningún equipo predispone a que la gente piense que te pasa algo, así que esto es un buen escaparate y la verdad es que estoy muy feliz con todos los jugadores y el cuerpo técnico”.
Ñoño confiesa que la experiencia de participar en estas Sesiones AFE le ha sorprendido: “No lo conocía y me he llevado una grata impresión con los campos que hay para entrenar, con el trato que recibimos por parte de las personas de AFE… Se preocupan para que no nos falte de nada y esto es algo que hay que agradecer”.
Nunca ha jugado fuera de España y piensa que ahora, por su edad (34 años), no es momento de probar aventuras lejos de nuestras fronteras. Concluye diciendo que “he tenido la suerte de haber jugado siempre en todos los equipos, aunque este año me he ido con mal sabor de boca del Talavera. Con los entrenamientos he ido mejorando mi forma física, así que ojalá pueda firmar por algún club de España y poder darlo todo”.