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Martín Mantovani - Sesiones AFE XXVI

Martín Mantovani, el justo premio al esfuerzo, una carrera para enmarcar

Una historia apasionante, labrada con mucho esfuerzo y sacrificio. Muchos capítulos ya sumados y con el objetivo de iniciar otra aventura a través de las Sesiones AFE. Martín Maximiliano Mantovani (San Miguel, Buenos Aires, Argentina, 7 de julio de 1984) sigue teniendo la misma pasión que el primer día, cuando era un niño y soñaba con alcanzar la cima del fútbol profesional, algo que consiguió después de años de trabajo. Una carrera que debe ser espejo para muchos jóvenes que quieren ganarse la vida con el fútbol.

A los 5 años sus padres le inscribieron en el Banfield de Mar del Plata porque “me encantaba jugar al fútbol, era muy inquieto y quería tener siempre una pelota en los pies”. Martín pasó por varios equipos y fue en el Kimberley de Mar del Plata, con 14 años, cuando empezó a sentirse más futbolista, “con otro tipo de entrenamientos”, empezando a tener claro que si quería llegar debía asumir esa responsabilidad de verdad.

El defensa central probó en varios clubes de Buenos Aires, “pero siempre se me cerraban las puertas”. Con 20 años, en el Club Atlético Cadetes de San Martín, recuerda que “conocí a Esnáider, que me dio la oportunidad de venir a España para jugar en el Atlético de Madrid”, firmando por el club colchonero con 21 años. “De la noche a la mañana cambió mi vida”.

Leyenda del Leganés
Para firmar por el Atlético necesitaba obtener la doble ciudadanía -gracias a un abuelo italiano-, trámites que duraron seis meses y que le hicieron vivir en Italia un episodio que nunca olvidará. “Dejé el hotel a las 12 de la noche porque el avión salía a las 6, pero no había transporte”, recuerda, por lo que “comencé a caminar y en una estación de tren me quedo dormido y al despertarme me percaté de que era un lugar de vagabundos. Lo pasé mal cuando empezaron algunas peleas”, aunque finalmente pudo regresar a España sin problemas.

Finalmente, un 31 de enero “firmo mi primer contrato”, un sueño hecho realidad. Todo un logro después de tantas vivencias, después de plantearse en su momento colgar las botas cuando sólo le quedaban dos asignaturas para acabar una carrera relacionada con el control de alimentos. “Fue muy difícil el proceso hasta firmar ese contrato, porque estuve a punto de dejar el fútbol, terminar la carrera y ponerme a trabajar”, relata.

Tres años y medio vistió la camiseta rojiblanca, con medio año jugando en el equipo filial tras hacerlo en el Atlético de Madrid C. Cuando deja Madrid, pasa por la Cultural Leonesa, Atlético Baleares y Real Oviedo, siendo la siguiente parada la que más le ha marcado.

En Leganés es leyenda. Llegó estando el equipo en Segunda B y vivió dos ascensos: primero a Segunda División y posteriormente a Primera División, un hecho histórico para el club del sur de Madrid. “Además de todo lo que conlleva ascender, a nivel personal cumplí un sueño, Cuando vienes a España, la meta es jugar en Primera División. Y de repente llegas al Leganés, subes a Segunda, debutando con 30 años, y dos más tarde subimos a Primera. Objetivos y metas que alcanzas, que te habías propuesto desde niño”, destaca Mantovani. “El Leganés es el club que me hace ser profesional”, subraya.

“Formar parte de la historia del Leganés, que nunca estuvo en Primera, fue muy bonito”, comenta, una etapa inolvidable “por el momento de la Liga que me tocó vivir, enfrentándome a Cristiano Ronaldo, Leo Messi… Monstruos que ya no están en España y es una pena”. “A medida que iba cumpliendo años, la exigencia subía”, significa.

Tras una etapa inolvidable en el Leganés, Martín ficha por Las Palmas, en Segunda División, “una bonita etapa porque hablamos de un gran club, con unas grandes instalaciones y una importante masa social detrás. Mi familia y yo tenemos un recuerdo maravilloso de Las Palmas”.

En perfecto estado
Tras regresar a Primera División, durante tres meses, en el Huesca, “fue precioso vivir esa etapa en la élite de nuevo”, ha vivido su última experiencia en el Andorra, “que no fue positiva a nivel personal y deportivo, ya que los entrenadores contaron con otros compañeros a pesar de sentirme capacitado para jugar”.

Ahora ha renovado ilusiones en esta edición de Sesiones AFE, explicando que “tengo amistades que han participado y lo tuve muy claro desde el primer momento. Sé muy bien cómo se trata al futbolista y cómo influye estar aquí. Estás con futbolistas que necesitan lo mismo, encontrar un equipo, y para la cabeza te ayuda mucho”.

Mantovani considera que es “una experiencia muy positiva porque un futbolista sin equipo lo pasa mal. Estás muy pendiente del móvil, de las redes sociales, ves los partidos y uno tiene la necesidad de encontrar equipo”. “Estar en Sesiones AFE es una salida muy positiva, hay que disfrutarla y sacar el máximo provecho. Físicamente me encuentro muy bien, pero las dos semanas de concentración son muy positivas, tanto a nivel psicológico como físico”, dice para terminar.

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