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Iván Malón , Sergio Pérez y Carbonell - Sesiones AFE XXIII

Iván Malón, Sergio Pérez y Alberto Carbonell: el placer de alcanzar la Segunda División

Llegar al fútbol profesional es el sueño de todo jugador. Alcanzar las cotas más altas y ser importante en Primera o Segunda División. Conseguir ser titular en estas categorías es algo que está reservado a un pequeño porcentaje de futbolistas. Jugar requiere de calidad, trabajo y mucho esfuerzo físico.

Iván Malón, Sergio Pérez y Alberto Carbonell, participantes en la XXIII edición de Sesiones AFE, han disfrutado del placer de jugar en la Segunda División. Entre los tres acumulan más de cien partidos y miles de  minutos en equipos como el Numancia, el Hércules, el Real Murcia, el Cádiz o el Mirandés. Saben de los esfuerzos que requiere jugar en esta categoría y cuáles con los ingredientes para llegar. 

Iván Malón, un lustro en Segunda División

Iván Malón Aragonés se define como un “lateral derecho con bastante recorrido”. El futbolista destaca por su presión defensiva, siempre dispuesto a ponerle las cosas difíciles al jugador rival, y por realizar un gran “trabajo para el equipo”. A lo largo de su carrera ha disputado 80 partidos en Segunda División, siendo claves para conseguirlo “la constancia y el trabajo”.

El lateral derecho fichó por el Murcia Imperial en 2008, pero no tardó en tener minutos con el primer equipo. Javier Clemente apostó por él como titular en un partido contra el Castellón. Un sueño que no esperaba. Recuerda que pasó del “fútbol amateur a estar con gente que había tenido en los cromos hasta hacía poco tiempo”.

El carrilero valenciano salió de Murcia y pasó por el Pontevedra y el Alavés, en Segunda B, con los que disputó dos ‘play off’ de ascenso. Su buen hacer le llevó al Numancia, de nuevo en Segunda División. El primer año no tuvo mucha continuidad, pues el puesto fue de Unai Expósito. Malón se dedicó a aprender del experimentado lateral vasco para poder dar un paso hacia adelante en la siguiente campaña. Cumplió su objetivo y disputó 34 partidos.

Malón terminó su relación con el Numancia y firmó con el Mirandés. El lateral disputó 25 partidos y marcó su único gol en Segunda División. Pese a que completaron una buena temporada, no fue suficiente. Un gol del Alavés en el minuto 96 en la última jornada les condenó a Segunda B. Sin embargo, el Murcia descendió administrativamente y los de Anduva salvaron la categoría. Tras aquella temporada, Malón cambió de aires y se marchó a Grecia, para volver tres años después y jugar su última temporada en Segunda con el Cádiz. Disputó seis encuentros y rozó el ascenso.

Experiencia internacional

La Segunda División es la categoría que representa la carrera de Iván Malón, pero no la única. El de Gandía se marchó del Mirandés y firmó por el Veria de la máxima división griega. Estuvo tres años en el país heleno. Resalta su implicación y adaptación al país, se marchó junto a 14 españoles y fue de los pocos que aprendió griego.

Respecto a lo deportivo, Malón jugó 62 partidos y fue fijo en el lateral derecho del club. Destaca del fútbol heleno la capacidad física de sus jugadores, sobre todo de equipos como el Panathinaikos o el PAOK que disputan torneos continentales. “En Grecia lo basan todo más en lo físico, son bestias”, afirma.

Sergio Pérez, de Tercera a titular en el Mirandés

Sergio Pérez Leyva es uno de los dos porteros del Equipo AFE. El cancerbero afirma destacar por su “envergadura de brazos”, que le permite llegar “a los balones ajustados a los palos” y ser muy seguro en el juego aéreo. Además, es un meta ágil, con buen uno contra uno y rápido en el juego de piernas.

El portero fichó por el Alavés en edad juvenil y militó en el equipo de División de Honor. Subió al filial y se marchó al Mirandés. Llegó a Anduva para jugar en el segundo equipo, pero no tardó en llamar la atención de los técnicos. Carlos Terrazas le llamó para entrenar con los profesionales en Segunda División y debutó en el Benito Villamarín. “De jugar en Tercera a estar allí, ante 50.000 personas, fue increíble”, confiesa.

Sergio Pérez tuvo la oportunidad porque el meta titular, Razar Brimah, se había marchado a disputar la Copa de África con Ghana. Disputó tres encuentros consecutivos y encajó tres goles. Sus actuaciones le sirvieron para formar parte del primer equipo y ser el portero suplente habitual.

El cancerbero, desde el banquillo, continuó trabajando para el equipo y haciendo méritos para defender la portería de Anduva. Una temporada más como suplente y en la siguiente dio el salto a la titularidad, disputando 23 encuentros.

El Mirandés descendió de categoría y Sergio Pérez continuó una temporada más con los de Anduva. No fue titular y se marchó al Cornellà. No empezó con buen pie en el conjunto catalán, una lesión en pretemporada le apartó del equipo. Ahora lucha por volver a recuperar esas sensaciones. 

Alberto Carbonell, de benjamines a la categoría de plata

Alberto Carbonell Gomariz es defensa central, aunque también puede jugar en el lateral derecho. El futbolista se considera un zaguero “rápido” al que le “gusta ir al corte”. El alicantino, además, es un jugador con dotes de mando. Sobre el césped se encarga de ordenar a sus compañeros para trazar una buena línea defensiva.

La virtud que más valora Carbonell es el trabajo y la constancia. El ingrediente de su carrera es “seguir día a día, no bajar nunca los brazos” y sobreponerse a todos los obstáculos. No dejar de pelear cuando consigue el éxito y no rendirse cuando el fútbol le da un golpe. Así es la filosofía con la que creció en la cantera del Hércules. Llegó como benjamín y se marchó como jugador de Segunda División.

El futbolista debutó de la mano de Quique Hernández y formó pareja en la defensa junto a Noé Pamarot. Aquella época la guarda como “un recuerdo muy bonito” y la sensación indescriptible de no solo jugar en Segunda División, sino de hacerlo en el equipo de su ciudad.

Carbonell disputó ocho partidos en la temporada 2013/14, pero el sueño se volvió pesadilla. El equipo no funcionó y terminó la temporada con el descenso a Segunda División B. “Tenías que ser muy fuerte mentalmente porque, de lo contrario te ibas del partido”, recuerda.

A un paso de Primera División

Tras el descenso, Alberto Carbonell se marchó de Alicante y fichó por el Getafe B. El central tuvo importancia en el filial en su primera temporada y en la siguiente fue el capitán. Además, se incorporó a los entrenamientos del primer equipo.

Aquella segunda temporada ya se incorporó al conjunto azulón en pretemporada. Fran Escribá lo reclutó para la concentración y lo incorporó a los entrenamientos. La oportunidad estuvo muy cerca de llegar en un partido contra el Barcelona. El técnico necesitaba un central de la cantera para el partido y Carbonell era el mejor colocado. Sin embargo, una pubalgia torpedeó su salto a Primera División. Estuvo cuatro meses sin jugar y se marchó al Novelda.

Tras media temporada en el Novelda llegó una oferta del Eldense en el mercado invernal. Carbonell llegó con mucha ilusión, pero un escándalo de apuestas salpicó al club. “Fue de las peores situaciones que he vivido en el fútbol”, señala el futbolista. Sin embargo, él se rehízo, se puso “el mono de trabajo” y continuó su lucha.

Sesiones AFE para recuperar sensaciones

No es la primera vez que Alberto Carbonell acude a las Sesiones AFE. Para el futbolista, esta concentración es lo mejor de la asociación por poder “entrenarme con compañeros que están en la misma situación” y el trato profesional que recibe el equipo. “Nos hace ver que el fútbol no termina”, señala.

Ahora, el central se centra en ponerse bien físicamente para encontrar un equipo que le “transmita ilusión por tener nuevos retos”. Continuar con la filosofía de su carrera: el trabajo y la constancia. “Luchar por algo tan bonito como es el fútbol”, declara.

Iván Malón ha llegado a esta edición de Sesiones AFE con un objetivo muy similar. El lateral derecho no tuvo un buen año en Badalona y ahora quiere recuperar el tono físico para encontrar cuanto antes un club interesado. La concentración le hace sentir que está activo y se prepara “para un próximo fichaje”. Quiere incorporarse a un equipo y “estar al nivel de los compañeros”.

Sergio Pérez, para acabar, resalta la profesionalidad de toda la expedición y las similitudes con un club para crecer y encontrar equipo. “Aquello que sentí en Miranda lo estoy volviendo a sentir aquí”, confiesa.

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