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Ander Bardaji y Viorel Boian - Sesiones AFE XXII

Así son Ander Bardají y Viorel Boian, dos porteros criados en el norte

El fútbol tiene dos máximas que siempre deben cumplirse para ganar los partidos: meter el balón en la portería rival y evitar que el rival lo introduzca en la tuya. Si tu equipo juega como los ángeles pero no consigues sellar tu portería, muchos partidos no terminarán con el resultado esperado. El portero es una de las posiciones más vitales de este deporte, solos ante el peligro, cualquier error individual puede condenar a los suyos. No hay margen de error.

Viorel Boian y Ander Bardají son los dos porteros de la XXII edición de las Sesiones AFE. Ambos entrenan junto a Emilio López, reputado exguardameta que ha pasado por equipos como el Celta de Vigo, el Osasuna o el Hércules. La misión de los dos cancerberos es adaptarse a las exigencias del técnico para conseguir un hueco en el once de López Rekarte y demostrar su valía para una oferta futura que, vista su experiencia, llegará pronto.

Viorel Boian y la salida de balón

Viorel Boian es un portero del nuevo fútbol. El meta de 24 años, nacido en Damascani (Moldavia), pero con sentimiento cántabro, da mucha importancia a ser una parte activa en la salida de balón.  “Los entrenadores quieren que los porteros seamos atrevidos”, afirma. Y añade que tiene “confianza” y se ve bien con el balón en los pies, no tiene problemas en “jugar un poco más adelantado” para ayudar al equipo en fase de salida de balón.

El guardameta se ha criado en la cantera del Racing de Santander y ha pasado por el Barakaldo y el Deportivo Fabril. Fue en el equipo vasco donde tuvo su mejor experiencia. Vio estuvo allí dos temporadas, la segunda como titular. Con su maestría bajo palos, el equipo alcanzó puestos de play off. Recuerda jugar en su estadio, Lasesarre, con las gradas repletas, y es una experiencia que espera poder “vivir muchos años más”.

Paciencia y compromiso

No todo fue coser y parar para Vio. El cancerbero también ha tenido que pelear desde el banquillo para conseguir hacerse con la titularidad. Ocurrió en su primera temporada en Barakaldo. El entrenador optó por su compañero para ser el cancerbero titular. Boian, con humildad y sacrificio, aceptó su rol y trató de ayudar al equipo. La convivencia fue perfecta y afirma que, con sus compañeros, se mejoraron “el uno al otro”.

Ander Bardají y el legado de la portería vasca

No es muy difícil reconocer a Ander Bardají. El de Lasarte nació para ser portero. Cuenta que de pequeño ya gustaba de lanzarse y “revolcarse en la playa”. Estos fueron sus primeros pasos en la portería. Después se unió a la cantera de la Real Sociedad y se desarrolló físicamente. Un guardameta clásico, alto (1,93m), de los que gustan a los entrenadores.

Ander comenzó desde pequeño con el escudo de la Real Sociedad. Quemó etapas en la cantera, pasó por todas las categorías y tuvo protagonismo. Desde niño soñaba con llegar al primer equipo y disputar un partido en Anoeta. Lo hacía mientras observaba a Claudio Bravo defender la portería txuri-urdina. El meta chileno es “un referente” para él.

El sueño se convirtió en realidad. Primero pasó por el filial de la Real Sociedad y se hizo con la portería, mostró buen nivel y se incorporó al primer equipo. Una vez dado el brinco a la profesionalidad, debía continuar con su camino, así que se marchó de Anoeta y cosechó triunfos. Pese a tener solo 25 años ya ha vivido dos ascensos, uno con el Huesca y otro con el Fuenlabrada. “Esa experiencia de vivirlo y celebrarlo no puede compararse con nada”, explica.

Vital en la toma de decisiones

Detrás de Ander Bardají pesa todo un legado de porteros vascos que han triunfado en el fútbol español. Conoce el juego y la necesidad de tener la mente fría para mandar desde atrás. De hecho, define como su mejor virtud “la toma de decisiones”. El momento en el que moverse para anticiparse a un disparo o cuándo y cómo sacar el balón son factores que ganan partidos. Además, se define como un guardameta capaz de leer el juego y con “buena coordinación en el juego aéreo”.

A la espera de una oportunidad

Los dos porteros se han incorporado a las XXII Sesiones AFE con la esperanza de encontrar un equipo para la próxima temporada y poder disfrutar de nuevo bajo los palos. Durante el trayecto, Viorel Boian afirma mejorar en su juego gracias a los conceptos que les aporta Emilio López, el experimentado preparador de porteros. Además, tal y como advierte Ander, esta concentración les permite “coger ritmo” tras una temporada atípica en la que el fútbol se paró antes de lo debido por la pandemia de covid-19.

El grupo es otro de los factores que destacan de estos entrenamientos. Los jugadores han conseguido hacer una piña y luchan por mejorar y ayudar a sus compañeros para que todos encuentren equipo la próxima temporada. Viorel está convencido de que ese nivel de autoexigencia y sentimiento de grupo “se va a ver desde fuera”. Ander recoge el mensaje y explica que la concentración les aporta visibilidad y “más opciones” de fichar por un equipo la próxima temporada.

Porteros muy diferentes en el estilo de juego. Viorel Boian es un meta activo en la salida de balón y con buenos reflejos bajo palos; Ander Bardají, de altura y de leer las jugadas para saber qué necesita el equipo en cada momento. Los dos comparten un mismo objetivo: fichar por un club y volver a disfrutar bajo los palos, su hábitat natural.

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