Así vive Mario Arques su experiencia en Malasia tras participar en Sesiones AFE XXIV
Cada día más futbolistas españoles deciden poner rumbo al extranjero para jugar en ligas quizá menos conocidas para el público de nuestro país, pero que les brindan la oportunidad de competir y de disfrutar del fútbol como auténticos profesionales. Mario Arques Blasco (Alicante, 14 de enero de 1992) es uno de esos futbolistas, y tiene claro que su andadura como deportista va siempre ligada al aprendizaje que le aportan, tanto a nivel personal como futbolístico, sus experiencias internacionales. La última, en la lejana Malasia…
El jugador alicantino se formó en la cantera del Villarreal C. F. -a la que llegó con 14 años-, para luego militar en clubes como Orihuela C.F., Valencia Mestalla, Elche Ilicitano -debutando incluso con el primer equipo en la máxima categoría-, Sporting de Gijón B y C. D. Alcoyano. A partir de entonces, inició su periplo internacional, que le llevó en primer lugar al Karpaty Lviv ucraniano y posteriormente a la India, donde vistió las camisetas del Jamshedpur y del Kerala Blasters.
Club de gran repercusión
El pasado mes de enero, habiendo finalizado ya su etapa en la India, Mario participó en la XXIV edición de Sesiones AFE con el objetivo de ponerse a punto y encontrar una nueva oportunidad. Y esta no tardó en llegar. Menos de un mes después de finalizar el ‘stage’ en Oliva Nova, se anunciaba su fichaje por el TRW Kelantan F. C. de Malasia, poniendo rumbo nuevamente hacia el continente asiático para continuar haciendo lo que más le gusta, jugar al fútbol.
“Esta nueva etapa la afronto con mucha ilusión. Llevo tiempo sin disfrutar de la competición y estoy con muchas ganas, intentando disfrutar de cada segundo de entrenamiento, de los compañeros y empapándome de todo lo que me rodea”, dice el futbolista.
“Cuando me comentaron la posibilidad de jugar en el Kelantan F. C. me informé sobre el club y vi que tenía mucha repercusión, que es uno de los equipos con mayor número de fans del país y el segundo con más títulos. Es un club histórico que ahora mismo está en proceso de reconstrucción. El nuevo presidente lo compró hace aproximadamente un año y tiene un proyecto muy ambicioso, que ha sido uno de los motivos por los que me he decantado por venir aquí, ya que me gustan los proyectos con objetivos muy claros y creo que este es un reto muy bonito”, relata Mario.
Respecto a su paso por Sesiones AFE asegura que “a la hora de encontrar equipo es una de las mejores decisiones que he tomado. Me lo propuso uno de los mejores amigos que me ha dado el fútbol, que es Mariano Sanz, y la verdad es que fue todo un acierto. Me encontré profesionales espectaculares, instalaciones y servicios de Primera División y, sobre todo, la experiencia me ayudó para aceptar la oportunidad de Malasia y a empezar a rendir desde el primer momento”.
Una experiencia inolvidable
“Lo que más destacaría del ‘stage’ en Oliva es, sin duda, la profesionalidad de todo el equipo. La mayoría de futbolistas no nos conocíamos y se creó un ambiente familiar y de trabajo increíble en muy poco tiempo”, recalca Mario. “Te lo ponen muy fácil a la hora de pensar sólo en fútbol, y yo diría que convierten una situación que no es agradable para el futbolista, porque estás sin equipo, en una experiencia inolvidable”, añade.
Tras finalizar su estancia en Oliva, Mario continuó entrenando hasta que se cerró su fichaje y pudo incorporarse a la disciplina de su nuevo club. “La base que tenía de las Sesiones AFE me sirvió para seguir entrenando por mi cuenta hasta que me surgió la opción de irme a Malasia. Cogí las botas y aquí estoy, en la otra punta del mundo, pero disfrutando otra vez del fútbol, que para mí es lo más importante”, asegura.
Después de un mes en Malasia dice que “la experiencia ya ha merecido la pena. Estoy viviendo situaciones que en otros países serían impensables, y para mí eso es muy importante. El estar en un continuo aprendizaje y salir de la monotonía son claves para mí a la hora de decidir el destino donde quiero jugar”. Además, explica que “en Malasia solo te permiten firmar tres extranjeros y hay una plaza para un asiático que sea de fuera de Malasia. Este año nos hemos juntado un griego, un inglés, un tailandés y yo, pero junto con los locales hemos hecho un grupo muy bueno y, además, ellos también hacen lo posible para que te sientas como en casa, algo que se agradece”.
Entender el fútbol en diferentes países
Ante la pregunta de qué es lo que más le atrae de vivir y jugar en Malasia, no duda ni un instante a la hora de responder: “La cultura y sobre todo el entender el fútbol en diferentes países”. “Yo tengo claro que mis experiencias en Ucrania, en India y ahora en Malasia me están ayudando a ser mucho mejor futbolista y, sobre todo, a adaptarme a diferentes estilos de juego, velocidades y sistemas”, destaca. “Es cierto que se dice que el fútbol es once contra once, pero es muy interesante el conocer cómo lo entienden en diferentes países y continentes, y adaptar tu propio estilo y tu esencia a cada uno. Yo creo que es un reto muy bonito que siempre intento cumplir o me pongo como objetivo cuando salgo fuera”, apunta.
Respecto al fútbol en este país asiático, Mario lo define como “muy rápido, de ida y vuelta, y con una primera presión muy intensa, por lo que he podido comprobar hasta ahora”, y por ello cree que “si consigues hacer una buena circulación y salir de esa primera presión, tienes mucho ganado y mucho espacio por delante”. Añade, además, que “los jugadores son bastante buenos técnicamente, puesto que la mayoría procede del fútbol sala, y yo creo que es a nivel táctico donde tienen un margen de mejora bastante importante”.
Calendario intenso y peculiar
En lo relativo al formato de competición, el mediocentro lo califica como “bastante peculiar”. “Yo, por ejemplo, llegué, entrené tres días y empezó la liga. Es verdad que a causa de la COVID-19 tuvieron que apretar un poco el calendario y jugamos cuatro partidos en nueve días, que es una locura. Conseguí sobrevivir jugándolo todo, pero lo que tengo claro es que si no hubiera sido por las dos semanas que estuve entrenando en las Sesiones AFE, habría sido muy complicado a nivel físico”. Ahora mismo tenemos un parón de dos semanas por los partidos de selecciones nacionales y ya en abril retomamos la competición con un calendario más humano, con dos partidos por semana más o menos. En agosto termina la liga y empieza la Copa de Malasia, que es muy importante y tiene mucha repercusión en el país”, explica.
“El objetivo principal del club es quedar entre los dos primeros y conseguir el ascenso a la primera división. Todos lo tenemos en mente y trabajamos cada día para estar lo más cerca posible”, afirma con decisión. “Hay muchos equipos con experiencia en la categoría, pero algo que me gusta del grupo es que lo veo con mucha personalidad y trabajando muy fuerte cada día. Creo que esto es muy importante en este tipo de competición en la que hay partidos tan seguidos, el centrarse solo en el siguiente encuentro e ir sumando puntos. Por el momento estamos en el buen camino”, asegura.
Como en la mayoría de los países asiáticos, los habitantes de Malasia viven el fútbol de una forma muy intensa. “Es una locura, pero es muy bonito sentirlo desde dentro porque son muy fanáticos, se transmite mucho tanto para bien como para mal. Por ejemplo, ahora han abierto los estadios para el público y ya están todas las entradas vendidas para el próximo partido. Son muy pasionales, pero también muy exigentes, y eso hace que te sientas futbolista”, dice para terminar.