Lillo, un central en busca de cumplir su sueño de ser futbolista profesional
Es el benjamín en esta Edición XXX de Sesiones AFE. Jaime Lillo Cantó (Albacete, 12 de mayo de 2003) tiene 19 años, una edad en la que ya ha dejado atrás la etapa de formación y se encuentra preparado para dar un paso al frente en su carrera deportiva. Acepta con naturalidad ser el más joven del grupo, en el que se ha integrado “muy bien. Estoy muy contento por participar en estas Sesiones AFE. La verdad es que es una oportunidad única”.
Apenas ha tenido tiempo de conocer a sus compañeros, pero ya en las primeras sesiones de entrenamiento se ha sentido “muy cómodo con ellos y con ganas de seguir. Estoy en una etapa de desarrollo personal y futbolístico y necesito exprimirme al máximo. Quiero alcanzar mi máximo nivel y creo que no hay mejor manera para conseguirlo que venir aquí”.
Jaime Lillo es un defensa que destaca por su presencia física. En la zaga, la posición que más le gusta ocupar es la de “central izquierdo. Soy zurdo y tengo que aprovechar mi pierna izquierda para la salida de balón. Me considero un central contundente en el juego aéreo, trato de ir bien al corte y, como me he criado en la cantera del Albacete, me inculcaron salir con el balón jugado”.
Capitán en el Albacete
En esa demarcación de defensa central, el jugador que más ha llamado su atención siempre ha sido Sergio Ramos. “Me he fijado mucho en él, ya no sólo por cómo juega y se desenvuelve en el campo, sino por lo que transmite como capitán, por su liderazgo. Siempre he sido capitán en el Albacete y me fijaba mucho en él, en los valores que inculcaba”.
Lillo se inició en el fútbol en su colegio, jugando al fútbol sala, hasta que un ojeador del Albacete le llevó al club manchego “en categoría pre-benjamín y allí estuve hasta juvenil de primer año. Quería tener más minutos y fui al Albacer, donde estuve dos temporadas en el Juvenil División Nacional. El siguiente año comencé una carrera universitaria, también tenía ganas de salir fuera de casa y me surgió la oportunidad de ir al Conquense. En mi tercer año de juvenil jugué en División de Honor, aunque llegué a debutar en Tercera División con el primer equipo. El año en Cuenca fue muy bonito y lo disfruté mucho”.
Su todavía corta carrera empieza a intensificarse cuando decide buscar un nuevo reto “a seiscientos kilómetros de casa, en el Casalarreina de La Rioja. Jugué tres partidos y por motivos extradeportivos me tuve que volver a casa”. Su siguiente equipo ha sido el Villarrubia, donde su experiencia ha sido muy positiva: “Me encontré con un grupo humano excepcional, todos me trataron genial, desde los compañeros de piso hasta el cuerpo técnico, que es ‘top’, pero contaba con pocos minutos y decidí buscar otras opciones”.
Trato de Primera División
Esta es la razón por la que ahora se encuentra en estas Sesiones AFE en Campoamor, porque coincidió en el Conquense con Daniel Gérica, delegado de AFE, “y me habló de esta posibilidad. Para mí es una gran oportunidad y quiero aprovecharla al máximo”. Formar parte de la Selección AFE Fútbol representa una motivación para este joven defensa central de 19 años, que tiene como principal objetivo “sacarle partido a todo lo que nos ofrece AFE, porque la verdad es que aquí recibimos un trato de Primera División”. Y aunque por su mente no pasa otra idea que no sea la de encontrar equipo, dice que “creo que me dará pena cuando tenga que marcharme de aquí”.
Lillo comenzó la carrera de Administración de Empresas y ahora está estudiando Entrenamiento Personal y Dietética y Nutrición, “que es un grado superior y lo puedo hacer online, así que tengo más posibilidades de sacarlo y compaginarlo con el fútbol”. Sus expectativas se centran en “luchar por mi sueño, que es ser futbolista profesional, aunque ya me lo considero, porque la constancia y la disciplina de cada uno te define como jugador y lo profesional que eres. No hace falta estar en un Primera o Segunda División para ser profesional. Estoy dispuesto a todo y con muchas ganas de demostrarlo”.