Campeones de Liga y Copa: así reinó en Polonia el futbolista español
Siempre reconocido y valorado más allá de nuestras fronteras, el futbolista español refuerza cada día más una bien ganada reputación a lo largo de los años. Muy lejanos son aquellos tiempos en los que pocos daban el paso para iniciar nuevas aventuras en otros países, algo que ha pasado a mejor vida. Hoy en día, decenas de jugadores representan con éxito a nuestro fútbol lejos de su tierra.
Es el caso de Polonia, país en el que la temporada 2023/2024 tuvo un marcado acento español. Hasta 12 compañeros vivieron una campaña inolvidable, que seguramente jamás soñaron disfrutar. Tres levantaron el título de Liga en Primera División (Ekstraklasa) y nueve el de la Copa de Polonia (Puchar Polski), demostrando que están perfectamente preparados para afrontar cualquier reto que se ponga por delante, engrandeciendo la figura del futbolista español.
Adrián Diéguez, Jesús Imaz y José Naranjo ya son considerados leyendas del Jagiellonia Białystok, que por primera vez en su historia levantó el título de Liga. Mientras, Álvaro Ratón, David Juncà, Eneko Satrústegui, Marc Carbó, Joan Román, Jesús Alfaro, Miki Villar, Ángel Baena y Ángel Rodado fueron protagonistas en el Wisla Cracovia, a las órdenes del también español Albert Rudé, al ganar la Copa tras estar 14 años sin levantar un título. Un título que, pese a militar en la segunda categoría del fútbol polaco, abrió las puertas al histórico club a disputar la fase previa de la Europa League.
Jugando en Polonia desde hace años, antes estuvo en el Wisla Cracovia, Jesús Imaz (Lleida, 26/09/1990) vivió la consecución del histórico título de Liga con el Jagiellonia Białystok, “una temporada increíble porque nadie pensaba en conseguir algo así, sobre todo porque la pasada nos salvamos del descenso en la penúltima jornada. Pero esta última ha sido tremenda, sobre todo para club, que alcanzó este logro por primera vez en su historia”.
A nivel personal, con 12 goles y 4 asistencias en Liga, más otros 2 tantos en la Copa, reconoce, “también fue una temporada espectacular. Llevaba muchos años trabajando para alcanzar un éxito así y finalmente lo he conseguido”, siendo una de las estrellas de la temporada.
¿Qué le ha atrapado de Polonia? El mediapunta no duda al responder: “La Liga, que es muy atractiva, sin olvidar a las aficiones, que son muy apasionadas. En todos los partidos hay mucho ambiente, en Polonia se vive el fútbol con mucha intensidad”.
“El club tiene buenos medios para trabajar. Una ciudad deportiva nueva con dos campos de hierba natural y otro de hierba artificial, gimnasio, sauna… Hay de todo. Y el estadio es nuevo y muy bonito, construido para la Eurocopa de 2012”.
“El futbolista español es muy valorado y reconocido en Polonia, siempre hay uno o dos entre los mejores de la temporada”, dice Imaz, y añade que “como los clubes ven que respondemos con un buen rendimiento, muchos fichan por diferentes clubes del país”.
“No pensaba vivir un éxito de esta magnitud. Pensaba que podía ser posible ganar la Copa de Polonia porque el camino es más corto. No pensaba en ganar la Liga porque el presupuesto de nuestro club puede ser el 10 o el 12, cuando los hay como el Lech Poznan o el Legia que son los top y nos superan claramente en este aspecto. Pero la realidad es que hicimos una soberbia temporada y de ahí el éxito”, comenta Jesús Imaz.
Tras tantos años en Polonia, ahora más tras ganar el título, “muchos compañeros me llaman para preguntarme por el fútbol en Polonia, si yo pienso que pueden jugar en el país. Y, por supuesto, les animo a vivir esta experiencia. Es que, por ejemplo, en este caso me ha abierto la puerta de disputar las previas de Champions League. Creo que el problema principal del futbolista español, porque a mí me pasó al principio, es dar el paso de salir de España.”.
Con experiencias en el Genk (Bélgica) y AEK Larnaca (Chipre), José Manuel García Naranjo (Rociana del Condado, Huelva, 28/07/1994) ha vivido con intensidad su tercera etapa en el extranjero. “La verdad es que fue algo inesperado, porque tras una mala temporada, el objetivo del club era acabar en mitad de tabla y mantener la categoría”, relata el atacante, “pero fuimos ganando partidos, jugando bien al fútbol y al final nos encontramos ganando el título de Liga”. “Disputar una previa de Champions League está al alcance de pocos futbolistas”, subraya, “algo muy ilusionante para el club”.
El andaluz explica que “el equipo empezó a pensar que era posible ganar el título en el mes de abril, Mientras nosotros nos manteníamos fuertes y ganando, otros equipos aspirantes perdían partidos. Se abrió en un momento dado cierta brecha en la tabla, aunque es cierto que hasta la última jornada no alcanzamos el objetivo”.
La ciudad de Białystok, de unos 300.000 habitantes, vivió una jornada inolvidable, “hubo invasión de campo, celebración por todo lo alto… Un espectáculo todo, la verdad”.
Destaca José Naranjo que “Polonia es un país en crecimiento y eso se ve reflejado en el mundo del fútbol. Los clubes están en plena expansión, cada vez más desarrollados en cuanto a medios e infraestructuras. Están haciendo las cosas muy bien. Los estadios están llenos siempre… No sé si por el precio de las entradas, que es barato, o por el marketing, pero es así”.
El jugador onubense, ya con experiencias fuera de España, no tuvo problemas en emigrar a Polonia, “pues con apenas 22 años ya me fui solo a Bélgica. Fue difícil porque me separé de mi familia, pero también es verdad que valió la pena para aprender y afrontar de otra manera las siguientes etapas. La verdad es que estoy encantado porque he tenido muchas vivencias, he viajado a muchos países… En fin, te enriqueces como persona”.
“En Polonia se valora mucho a los jugadores españoles. El fútbol es más físico y es ahí donde se aprecia la calidad y capacidad técnica de los nuestros”, pone en valor para acabar.
“De haberlo sabido, me habría ido antes a Polonia”, exclama Adrián Diéguez (Madrid, 04/02/1996) nada más comenzar la conversación. El defensa tiene claro que “ha sido la mejor temporada de mi carrera deportiva, jamás pude imaginar que viviría lo que he vivido después de sufrir dos descensos consecutivos”. A nivel personal, “me he encontrado muy cómodo. Creo que me ayudó la manera de jugar del equipo, la apuesta futbolística del entrenador me fue muy bien”.
Reconoce que “no conocía nada, pero todos los compañeros que conocían el fútbol de Polonia con los que hablé me dijeron que no me lo pensara, que me iba a encantar la experiencia. Ya en su momento tuve opciones de jugar en Polonia, aunque no fue hasta hace un año cuando decidí dar el paso. Insisto, si pudiera dar marcha atrás a mi vida, me habría ido antes”.
“Es complicado pasar a la fase de grupos, pero está claro que disputar previas de Champions League es un enorme premio para el equipo”, señala Adrián Diéguez, que califica de “locura” lo vivido en la ciudad “tras ganar la primera liga de su historia. Son experiencias que seguramente no habría vivido en España”.
“Allí se vive el fútbol de otra manera, la mentalidad es diferente”, considera el defensa, porque “la pasión que manifiestan los y las aficionadas es superior”, y destaca que “en Polonia nos valoran mucho a los futbolistas españoles, por eso hay tantos desde hace años. En mi caso, no puedo decir nada negativo de lo que he vivido. En cuanto al club, todo es muy positivo, muy profesionalizado en todos los aspectos”.
Paso a la Copa de Polonia, en una final que tenía perdida el Wisla Cracovia ante el Pogoń Szczecin y en la que un zurdazo salvador de nuestro siguiente protagonista en el minuto 99 dio paso a la prórroga en la que sentenció otro compatriota. Eneko Satrústegui (Villaba, Navarra, 25/09/1990) vivió su primera experiencia fuera de España y reconoce que “el aliciente era jugar en un histórico. El objetivo, obviamente, era el ascenso, pero lo de la Copa fue un aliciente que fue surgiendo a medida que superábamos rondas. Nos lo fuimos creyendo hasta que alcanzamos la final”. Guarda “especial recuerdo de mi debut en Primera División con Osasuna, pero está claro que este título lo voy a guardar entre los más bonitos de mi carrera. Sobre todo, después de llevar ya muchos años dedicándome a esta profesión. Puede ser, como comento con los amigos, la guinda del pastel”.
En la ciudad, con el Cracovia, el gran rival, en la máxima categoría, tras una celebración íntima con familiares, amigos y compañeros, “la fiesta en la Plaza del Mercado con la afición fue espectacular, una auténtica locura. Estaba a reventar y fue muy emocionante. Son gente más fría que en España, pero conviene recalcar que el fútbol es una religión en Polonia, se vive con mucha pasión. Muchas personas me tocaban la pierna izquierda y me daban las gracias por el gol. En esos momentos te das cuenta de que has hecho historia y de que te van a recordar para siempre”.
“Por supuesto que recomendaría a cualquier compañero que viviera una experiencia en el extranjero”, dice el zaguero, porque “aunque cuesta lanzarse, y hablo por experiencia propia, es una aventura diferente y siempre se aprenden cosas. Es muy recomendable vivir otras ligas. En el caso de Polonia, y es de resaltar, cuenta con estadios muy atractivos y buenas infraestructuras”.
Autor del gol que decidió la final, ya en la prórroga, Ángel Rodado (Palma de Mallorca, 07/03/1997), completó con este éxito su segunda temporada en el Wisla Cracovia. “No pensábamos llegar tan lejos, pero a medida que íbamos pasando rondas, sobre todo una ganada de forma épica ante un equipo de la máxima categoría, empezamos a pensar en llegar a la final, aunque nuestro gran objetivo era el ascenso”.
“El gol que marqué en la final y que la decidió finalmente fue sin duda el más importante de mi vida. Fue muy especial, un momento mágico, te puedes imaginar. Nada más marcar empecé a visualizar momentos de mi carrera, algunos de ellos no muy positivos, pero al final está claro que en algún momento encuentras la recompensa a tantos años de trabajo, como sucedió con ese gol. Hablamos de un club muy grande, un histórico en Polonia”, relata, “así que conseguir un título fue muy importante”.
“Muchos compañeros al final dan el paso y salen a jugar fuera de España”, considera el atacante, “aunque cuando yo lo decidí, al principio me dio algo de vértigo, por no saber qué me depararía el futuro. Pero al final te adaptas jugando al fútbol. Yo estoy muy contento de los dos años vividos en Cracovia. Sí, creo que en este tiempo me he convertido en mejor futbolista en todos los aspectos, también como persona. El estadio es espectacular, hay buenos medios para trabajar, los y las trabajadoras ayudan mucho y hacen equipo, en una palabra. Mientras, la afición, aunque el Wisla Cracovia no atraviesa su mejor momento, nos animó hasta el final”.
“La ciudad se volcó con nosotros porque el club y su afición tenían hambre de títulos. La experiencia fue brutal”, recuerda Jesús Alfaro Ligero (La Palma del Condado, Huelva, 24/06/1991), “única, impresionante y muy bonita porque el fútbol se vive mucho en Polonia y el Wisla Cracovia tiene una masa social muy importante, que siempre acompaña al equipo. El ambiente en el estadio fue espectacular el día de la final. Resumiendo, fue una vivencia única. ¡¿Quién nos iba a decir que íbamos ganar la Copa de Polonia?!”.
Pasados los 30 años y con una sólida carrera como profesional, reconoce que “a estas alturas no pensaba vivir una experiencia como esta. Cuando estuve dos años en Segunda División, piensas que puedes estar más cerca de ganar algún título, pero en los últimos años estaba en Primera Federación y cuando surgió la opción de jugar en Polonia, no me lo pensé dos veces”.
En este sentido, Jesús explica que “siempre he tenido muchas opciones de jugar en el extranjero, sobre todo cuando estaba en Segunda División. Pero estando en esa categoría, no di el paso, no quise salir de esa rueda. Pero ya en Primera Federación, sentí la necesidad de salir fuera de España. He tenido la suerte de jugar en un buen país y un buen club, y si llego a saberlo, habría dado el paso mucho antes”.
Esta hazaña pone de manifiesto lo mucho que se valora al futbolista español en el extranjero, apostillando Ligero que “la suerte que tenemos es que desde que estamos en la cantera, estamos muy bien formados. En otros lugares ves lagunas en este apartado, en cuanto a entendimiento del juego, con muchas carencias a nivel táctico. Nosotros nos desarrollamos más o estamos más preparados a la hora de interpretar el fútbol. Somos, creo, más inteligentes en este sentido”.
Tras año y medio en Polonia, “he vivido algo único, muy bonito, algo que he disfrutado mucho. Para un jugador que viene de abajo de verdad, como es mi caso, ganar un título era algo impensable”, reconoce Miki Villar (Nigrán, Pontevedra, 19/09/1996). “Jugar ante 50.000 personas en un estadio histórico fue muy especial e impresionante”, añade.
Su año y medio en Cracovia, “una ciudad mágica”, ha sido una etapa “muy buena y por ello no tengo dudas a la hora de animar a muchos compañeros a que den este tipo de pasos. Jugar en el extranjero te enriquece como persona y como futbolista, te abre la mente y te da la posibilidad de conocer personas de otras culturas. Para mí la experiencia ha sido muy satisfactoria”.
Miki reconoce, por otra parte, que “aunque ahora en la segunda categoría, es uno de los tres grandes clubes de Polonia y eso se nota en el día a día. Nada más llegar lo percibí, pues tiene un gran estadio, medios para trabajar, es moderno a la hora de comunicarse a través de las redes sociales, una masa social muy importante… Es una pasada, la verdad, es un club muy preparado”.
Con un año más de contrato, Marc Carbó (Salt, Girona, 21/05/1994) comenta que “el primero ha sido increíble. Tras mi etapa en el Lugo, tenía claro que iba a salir de España a probar suerte, pues es algo que tenía en mente desde hacía tiempo. Surgió la posibilidad de fichar por el Wisla Cracovia y me pareció atractiva la oferta, sin olvidar que había varios jugadores españoles en la plantilla”, y al final vivió al ganar la Copa de Polonia “una experiencia increíble y mágica. Describirlo con palabras es complicado… Fue muy gratificante, algo que dio sentido a todo el trabajo realizado durante tantos años”.
El jugador catalán disfrutó “con una celebración tremenda, con la afición llenando el centro de Cracovia loca de alegría. Fue muy gratificante, por estas cosas merece la pena picar piedra, como se dice coloquialmente. Este título, en una palabra, da sentido a todo, es el premio a tantas temporadas de duro trabajo”.
“La experiencia en Polonia, aunque no logramos el ascenso a Primera, que era el gran objetivo del club, ha sido muy buena. El fútbol es más físico que en España, aunque táctica y técnicamente me ha sorprendido, pues el nivel es importante”, señala Marc, destacando el papel de las aficiones, “la gente no puede vivir sin el fútbol, lo que supone una motivación extra para el futbolista. Lo normal era jugar siempre ante más de 15.000 personas, unas 25.000 en la fase final de la temporada. La verdad es que estoy muy contento de mi paso por Cracovia, una ciudad con mucha historia y ocio, una ciudad muy completa, en una palabra”.
“Lo conseguido me motiva aún más pensando en conseguir el ascenso y, si se puede, repetir éxito en la Copa de Polonia”, dice para terminar, “y es que al fin y al cabo hablamos de uno de los grandes e históricos clubes del país, con una buena infraestructura, un estadio que es una locura, buenos medios para trabajar y una afición enorme. Me he sentido como si estuviera en un club de la máxima categoría, aunque ahora esté en la segunda”.
“Ya soy medio polaco”, exclama Goku Román (Reus, Tarragona, 18/05/1993), que antes de llegar al Wisla Cracovia había sumado más experiencias en otros equipos de Polonia. “Me siento muy feliz porque ganar un título cuesta mucho y la experiencia fue única y, además, dará la oportunidad al equipo de disputar las previas de la Europa League y ojalá nos clasifiquemos para la fase de grupos. Una pena no haber ascendido, pero ese es el objetivo para la temporada que viene”. “Fue en el mes de abril cuando nos dimos cuenta de que podíamos aspirar a ganar la Copa de Polonia”, indica.
Tiene un amplio bagaje en el extranjero, pues ya siendo joven jugó en el Sub 18 y el segundo equipo del Manchester City, “sólo me faltó debutar con el primer equipo en partido oficial, aunque estuve convocado alguna vez”, y posteriormente en C.D. Nacional y S.C. de Braga (Portugal), AEL Limassol F.C. (Chipre), Panetolikos F.C. (Grecia) y varios clubes polacos antes de jugar en el Wisla Cracovia.
“Es el segundo título que ganó a lo largo de mi carrera porque gané la Copa de Portugal con el S.C. Braga”, recuerda el mediocampista, enganchado al fútbol de Polonia “porque te hace sentir futbolista profesional de alto nivel. Lo digo por los estadios, por las aficiones, por la cobertura televisiva… Se ha ido profesionalizando mucho más durante los últimos años y el nivel ha subido mucho. No sólo españoles, cada vez llegan más futbolistas brasileños, portugueses, etc.”.
“Es un fútbol con mucho potencial, con mucho margen de mejora”, explica Goku, que se encuentra “muy bien en Polonia y en el Wisla. Un club muy grande y no sólo en el país, es reconocido desde hace muchos años en Europa. No hay más que ver todo lo que envuelve al club, enseguida te das cuenta de su grandeza e historia”.
Al valorar su primera experiencia en el extranjero, “de cierto sabor agridulce por no haber logrado el ascenso”, Álvaro Ratón (O Carballiño, Orense, 29/01/1993) no duda en calificarla como “positiva porque ganar un título es de destacar, supone un subidón porque siempre es algo muy importante que hay que poner en valor. He conocido otro fútbol, otra cultura… En fin, para mí ha sido buena la experiencia”.
“Ha sido mi primera experiencia en el extranjero y que un equipo de la segunda categoría gane la Copa no es lo más habitual, por lo que fue algo muy bonito”, ensalza el guardameta. “El escenario de la final, el ambiente, cómo llegó el triunfo tras empatar en el minuto 99… En fin, es algo que queda para la historia”, significa.
“Los futbolistas españoles estamos muy reconocidos en Polonia y casi todos nuestros rivales tienen en sus filas a algún compatriota”, señala Álvaro Ratón, destacando que “el fútbol en Polonia está creciendo, aunque todavía tiene que mejorar en algunas cuestiones si lo comparamos con España”.
Con sólo 23 años de edad, Ángel Baena (Barcelona, 13/10/2000) no tuvo dudas cuando le surgió la oportunidad de emigrar: “Para nada me esperaba ir a Polonia y ganar un título. Fue una sorpresa y, además, nuestro gran objetivo era el ascenso. Eso sí, ha sido un sueño ganar la Copa de Polonia, ha sido como ganar la Copa del Rey en España”.
“Me costó adaptarme un poco porque es un fútbol más físico, de ida y vuelta, pero cuando lo conseguí ya pude mostrar mi fútbol. La experiencia ha sido espectacular, también por la ciudad”, reconoce, y con un año más de contrato en vigor, “el objetivo volverá a ser el mismo, retornar a la primera categoría”, poniendo en valor que “hablamos de uno de los grandes clubes de Polonia. Es que hace años ganó al Barcelona de Guardiola en Champions League… Eso da idea de la grandeza del Wisla Cracovia”.
Disputar previa de Europa League “es un aliciente muy importante para nosotros, será una gran experiencia”, explicando Ángel Baena que “no tuve dudas a la hora de jugar fuera de España, para hacerlo en nuestro país hay tiempo. Por supuesto, no me arrepiento de nada. Se lo recomiendo a cualquier compañero, que pruebe en un país como Polonia”.
“El estadio es un espectáculo, una locura. Y la ciudad deportiva, aunque está un poco lejos del centro, está muy bien. Las instalaciones son óptimas y estamos bien atendidos”, dice para acabar el joven extremo catalán, aunque formado durante seis temporadas en el Betis.
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