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Sergio García y Benja Rayos - Sesiones AFE XXII

Sergio García y Benja Rayos: una vida dedicada al fútbol

El fútbol necesita entrenamiento. Los jugadores se machacan cada día para aprender nuevos conceptos, mejorar su forma física y perfeccionar su técnica. Sin embargo, con la pasión se nace. Ella es la que te empuja a no rendirte, a superar cada obstáculo, cada derrota, cada lesión… Todo en pos de tener la pelota. Las sensaciones al pisar el césped o recibir el esférico son indescriptibles para cualquier amante de este deporte.

Sergio García y Benjamín Rayos apenas recuerdan cuándo empezaron a jugar al fútbol. Su memoria les arrastra hasta la infancia, cuando en el colegio empezaron a dar patadas a un balón. Desde entonces nunca han dejado de hacerlo. Han tenido buenos y malos momentos, lesiones, situaciones inesperadas…. Consecuencias de una vida dedicada al esférico.

Sergio García: “El fútbol es un estilo de vida”

Sergio García comenzó a jugar al fútbol a los cinco años, en el equipo del colegio, pero está seguro de que “antes ya le daba patadas al balón” con su hermano. El jugador define este deporte como “un estilo de vida” que lleva practicando desde pequeño, cuando llevaba la ropa a los partidos o llegaba pronto a casa para descansar y estar a tono para competir al día siguiente.

Este futbolista puede jugar en las tres posiciones de la línea de mediapuntas, tanto en las bandas como en el centro. Se define como “un jugador de calidad” al que le gusta asociarse, llegar desde segunda línea, combinar con los compañeros y golpear el balón parado. Las sensaciones que percibe al recibir el balón no las puede describir, tan solo afirma que es “feliz” cuando juega. Este sentimiento le llevó incluso a compaginar el fútbol con el trabajo.

De Petronor a Segunda B

Sergio García ha disputado sus últimas temporadas en Segunda B y ha podido dedicar su vida únicamente al fútbol, pero no siempre fue así. Antes de fichar por el Eibar, compaginaba los entrenamientos y partidos con su trabajo en la refinería de Petronor de Muskiz. Tras la llamada del conjunto armero, pidió una excedencia y se dedicó en cuerpo y alma a la práctica de este deporte.

No se quedó en el Eibar. Los de Ipurúa le cedieron al Real Murcia. Allí disputó 35 partidos y se clasificó para su primer play off de ascenso a Segunda División. No consiguieron superar la eliminatoria y se marchó al Logroñés. En Las Gaunas tuvo una lesión del tendón de Aquiles que le alejó de los terrenos de juego. El futbolista se recuperaba y recaía pero, pese a ello, el Barakaldo apostó por él. En Lasesarre recuperó sensaciones y volvió a clasificarse para un play off, aunque cayeron en primera ronda. Salió del conjunto vasco a final de temporada.

Benja Rayos, delantero polivalente

Benjamín Rayos Serna es delantero, pero puede jugar de segunda punta o en los extremos. Se considera “un jugador muy polivalente, con mucha movilidad” y buen golpeo de balón con ambas pierna. Explica que le gusta “combinar con los compañeros y estar en contacto con la pelota”.

El idilio de Benja con el esférico, al igual que el de Sergio García, empezó con cinco años.  “El fútbol para mí lo es todo, llevo practicándolo desde los cinco años: trabajo para el fútbol, como para el fútbol, me cuido para el fútbol. Lo es todo”, afirma.

Experiencia alicantina

La trayectoria de Benja ha recorrido la provincia de Alicante. El atacante salió de la cantera del Hércules, donde llegó a debutar con el primer equipo de la mano de Manolo Herrero. Una lesión de clavícula torpedeó su progresión, pero se rehízo en el Novelda., donde marcó 12 tantos. Salió de La Magdalena y fichó por el Orihuela, club con el que se clasificó para el play off de ascenso a Segunda B. No ascendió y decidió probar suerte en Castilla La Mancha.

Socuéllamos fue su destino. El delantero se marchó al Grupo 18 de Tercera División seducido por el proyecto de ascenso del club. Sin embargo, una lesión frenó su participación en el equipo. Decidió fichar por el Crevillente para recuperarse cerca de su casa.

La última temporada fue algo convulsa. Benja la empezó en el Alzira, pero no terminó de encajar en el club. Se marchó al Intercity y marcó dos tantos en cuatro partidos, pero no continuó y firmó por el Jove Español. En San Vicente jugó ocho partidos y anotó cuatro goles, un tanto cada dos partidos.

Nuevas metas

Benja no ha continuado en el Jove Español de San Vicente. El futbolista es agente libre y participa en las Sesiones AFE porque, después del parón por coronavirus, “es una buena oportunidad para todo futbolista inactivo”. Agradece la oportunidad de “entrenar concentrados en un hotel con césped natural” y poder volver a competir y jugar partidos.

El alicantino ya se ha marcado un objetivo. Benja quiere prepararse para salir al extranjero. “Tengo la ilusión y la edad para dar una vuelta a mi carrera fuera de España”, explica. No obstante, también está interesado en “algún equipo de Tercera para luchar por los puestos de arriba”.

Sergio García, por su parte, agradece a las Sesiones AFE “todo el material de primerísimo nivel” y el grupo humano que ha encontrado. “Nos hacen olvidar que estamos sin equipo”, revela.

Encontrar un club en el que pelear por objetivos importantes es su siguiente meta. Al centrocampista le ilusiona fichar por “algún equipo que aspire a estar en Segunda B Pro”, pero no se cierra puertas. “Lo primordial es seguir jugando porque me encanta el fútbol y quiero seguir disfrutando de él”, sentencia.

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